Primero, similar a la mayoría de los procedimientos bariátricos, la bolsa estomacal recién creada es considerablemente más pequeña y facilita realizar comidas mucho más pequeñas, lo que se traduce en un menor consumo de calorías.
Además, al haber menos digestión de los alimentos por parte de la bolsa estomacal más pequeña, y al haber un segmento del intestino delgado que normalmente absorbería calorías y nutrientes, el cual ya no recibe alimentos, es probable que haya hasta cierto punto menos absorción de calorías y nutrientes.
Y lo que es más importante, el desvío del flujo alimentario produce cambios en las hormonas intestinales que favorecen la saciedad, suprimen el hambre e invierten uno de los principales mecanismos por los que la obesidad induce la diabetes de tipo 2.