La pérdida de peso rápida se asocia con la aparición de sedimentos y cálculos biliares en el 20-30% de los pacientes a las pocas semanas de iniciar los procedimientos de adelgazamiento.
Si una persona pierde peso demasiado rápido, el hígado secreta colesterol extra; además, hay una rápida movilización de colesterol de los depósitos de tejido adiposo.
En el ayuno asociado con dietas severamente restringidas en grasas, la contracción de la vesícula biliar se reduce y la estasis vesicular acompañante favorece la formación de cálculos biliares.
La mejora del vaciado de la vesícula biliar mediante la inclusión de una pequeña cantidad de grasa en la dieta inhibe la formación de cálculos biliares en pacientes sometidos a una rápida pérdida de peso.
El ayuno a corto plazo aumenta la saturación de colesterol de la bilis de la vesícula biliar y, a más largo plazo, provoca estasis de la vesícula biliar que puede conducir a la formación de lodo y, finalmente, a la formación de cálculos biliares.